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¿Qué será lo que vendrá?

Llevo algunas semanas sin escribir nada, y no porque no quiera o no sienta deseos de hacerlo; pero lo cierto es que estoy en medio de un proceso de cambio complejo que me tiene muy ocupado. Estoy en medio de una mudanza a otra ciudad, con la inquietud e incertidumbre que eso genera. ¿Será la decisión correcta? ¿Será algo bueno? ¿Será el paso adecuado para mi y para mi familia? ¿Tendré expansión y apertura?

Estas dudas, plagadas de incertidumbre ante lo que habrá de ocurrir, acuden constantemente en estas semanas y días a mi cabeza y mi corazón. Confieso que en ocasiones, cuando me pongo a pensarlo y analizarlo con el intelecto con frialdad, me digo a mi mismo que el paso que estoy dando encierra cierta dosis de locura y, al hacerlo, me entran más dudas todavía.

Hoy he pasado una noche de estas, de dar vueltas en la cama con incertidumbre y preocupación. Tras el salat de subh, he desistido de volver a acostarme, aunque fuera sólo un poco, y me he sentado ante el ordenador dispuesto a planificar la mudanza, la logística del transporte… y claro, como todos hacemos, antes de ponerme a ello he abierto el Facebook y lo primero que me ha aparecido es una publicación de una persona a la que tengo en alta consideración; esa publicación era una aleya del Corán que, por Allah, he repetido constantemente en este proceso; y es cuando Allah dice: Y quien teme a Allah, Él le da una salida. Y le provee desde donde no lo espera. Quien se abandone en Allah, Él le bastará”. (65, 2-3).

Leer esta aleya ha sido un rayo de luz en medio de la oscuridad en la que mi mente me había sumido, me ha llegado directa al corazón y me ha reafirmado que no tengo que tener miedo ni dudas, me ha corroborado que si confío en Allah, si me entrego a Él, entonces no tengo nada que temer, pues Él estará conmigo y me dará una salida. Una salida que, como han transmitido los comentaristas del Corán, se refiere a la satisfacción con la provisión y a la salida de un momento duro y de estrechez. O como dijo el Mensajero Muhammad, sallallahu alaihi wa sallam, cuando recitó esta aleya: “Una salida de los equívocos del mundo, de los estertores de la muerte y de los horrores del Día de la Resurrección”.

He recordado entonces que en una clase de Tafsir con uno de mis maestros, hablando sobre esta aleya, me contó que fue revelada sobre ‘Auf Ibn Malik. Este noble Sahaba fue a ver al Mensajero de Allah y le dijo: “¡Oh Mensajero de Allah! El enemigo ha hecho prisionero a mi hijo y su madre está angustiada. ¿Qué puedo hacer? Y dijo el Profeta: “¡Teme a Allah! Sé paciente y abundad tú y tu mujer en el dicho: ‘La hawla wa la quwwata illa billah’. (No hay fuerza ni poder excepto por Allah)”. Entonces volvió a su casa y le dijo a su mujer lo que el Profeta le había ordenado hacer. Dijo la mujer: ‘¡Qué bueno es lo que nos ha dicho que hagamos!’ Así lo hicieron ambos y entonces el enemigo se descuidó en la vigilancia de su hijo, que se escapó y condujo un rebaño que les arrebató y se lo trajo a su padre; era un rebaño de cuatro mil cabezas. Fue entonces cuando se reveló la aleya.

La condición para “la salida” es temer a Allah, es entregarte a Él, es confiarte a Él, es poner los asuntos en Sus manos, es tener una confianza plena y absoluta en Él, es reconocer que todo depende de Él, es empapar tu corazón de la realidad de que si Él quiere que algo ocurra le dice ‘kun’ ‘es’ y ocurre, tal y como Él ha dicho, tal y como Él ha decretado.

La condición para “la salida” es ser sincero y hacer las cosas por Él, es entregarte a lo que Él ama y Le complace y alejarte de lo que Él detesta, es cumplir con lo que Él ordena y alejarse de lo que Él prohíbe, pero sobretodo, por encima de todo, es hacer y buscar únicamente Su complacencia, ya que el que no busca la complacencia de Allah y busca complacer a otros, o incluso únicamente así mismo, estará abocado al fracaso, sino en esta vida, y sin ninguna duda, sí que lo estará en la Próxima.

Esta aleya es maravillosa, y como he dicho, ha sido un bálsamo para mi corazón en estos momentos de trasiego e incertidumbre; y no puedo dejar de recordar las palabras del mejor de la creación, el Mensajero Muhammad, sallallahu alaihi wa sallam, cuando dijo, según lo transmitido por Abu Dar: “Ciertamente, conozco una aleya que si la gente la tomara les bastaría.” Y a continuación recitó: “Y a quien teme a Allah, Él le da una salida. Y le provee desde donde no lo espera”.

Y le pido a Allah que nos dé una taqwa sincera de Él, nos dé la capacidad de entregarnos a Él y nos provea desde donde no lo esperamos. Amin.

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