“¡Gloria a Quien una noche hizo viajar a Su siervo desde la Mezquita Inviolable hasta la Mezquita más lejana, aquella cuyos alrededores hemos bendecido, para mostrarle parte de Nuestros signos! Verdaderamente Él es Quien oye y Quien ve” (Viaje Nocturno, 1).
La noche 27 del mes de Rayab, que es la noche acabamos de pasar, es, según la mayoría de hombres de conocimiento del Islam, la noche en la que tuvo el milagroso viaje, del Isra wal Mi’ray; y digo milagroso porque no hay otra manera de explicarlo ni de comprenderlo, no es comprensible para la mente humana, si nos regimos por las leyes de la mente, y del tiempo y del espacio, pero claro, ¿quién ha sido el creador de esas leyes? Ha sido Allah, por lo tanto a Él esas leyes no le afectan, y como no le afectan, puede cambiarlas cuando quiera y como quiera, ya que como bien sabemos, Él es el que si quiere que algo ocurra le dice SE y es, tal y Él quiere, tal y como Él decreta.
Pero no es mi deseo hablar de este viaje, ni de su naturaleza milagrosa, ni tampoco de lo que allí ocurrió; de lo que me gustaría hablar es de las razones que dan pie a este viaje, de lo que ocurre antes de que Allah honre a Su Mensajero, salla allahu alaihi wa sallam, con este maravilloso viaje.
Y es que para poder comprender el valor y la importancia de este suceso, es necesario que retrocedamos un poco en el tiempo a los meses previos a esta noche tan especial, esos meses y años, de trabajo incansable, firme y decidido del Mensajero de Allah, esos años que sin ninguna duda fueron los años más difíciles del Islam; esos primeros años en los que los quraish maltrataban constantemente al Mensajero de Allah, y a todos aquellos que habían aceptado el Islam como modo de vida, especialmente a los más débiles y a los que no tenían grandes familias que les protegieran.
En esos primeros años del Islam, difíciles, duros y dolorosos, eran continuos los ataques contra los musulmanes, fue en esos primeros años cuando tuvo lugar el famoso exilio y boicot, que obligó a los musulmanes a refugiarse en las afueras de Meca, prácticamente sin nada que comer, hasta tal punto que tenían que atarse piedras al estómago para así poder mitigar los dolores del hambre.
Este es el escenario en el que quiero que nos situemos, porque es muy importante comprender ese escenario para darle de verdad el valor que tiene a la noche del Isra wal Mi’ray. En ese escenario, el Mensajero de Allah contaba con dos grandes pilares, con dos grandes apoyos, uno el apoyo exterior, su querido tío Abu Talib, que a pesar de no haber aceptado el Islam, era su gran defensor y protector, y de hecho, si los quraish no le atacaban con mas fuerza esa por esa protección y defensa que Abi Talib proporcionaba a su sobrino.
Y el segundo apoyo, el segundo pilar era su amada esposa Jadiya, Jadiya Bint Juwailid. Jadiya era para el Mensajero de Allah mucho mas que una esposa, fue ella la primera persona en la tierra que creyó en el Mensajero de Allah, y estuvo siempre a su lado, era una mujer rica, gastó todas sus riquezas por servir a la causa de su marido, en ella Muhammad encontraba paz y sosiego, cuando regresaba a su casa por la noche, después de un duro día de luchar por instaurar la palabra de Allah, encontraba en Jadiya la calma y la tranquilidad necesarias que le permitían seguir delante de su misión.
Pues Allah quiso que en un periodo de tiempo de apenas unas semanas, perdiera esos dos grandes apoyos, parte de su mundo se desmoronaba, a ese año se le conoció como el año de la tristeza por el enorme peso que sintió el Mensajero de Allah al perder sus dos pilares mas fuertes.
Ya sin la protección de Abu Talib, los enemigos del Islam redoblaron las burlas y los ataques contra él y contra el resto de musulmanes, el Mensajero veía que no podía seguir en Meca de esta manera, entonces decide ir a la cercana ciudad de Taif para llamar a sus habitantes al camino de Allah. En Taif se reúne con algunos de los nobles de la ciudad, pero en ningún momento ocurre lo que salla allahu alaihi wa sallam deseaba, todo lo contrario, empiezan a reírse y burlarse de él, y le expulsan y mandan a los niños y a los locos a que lo apedreen mientras huye como puede de la ciudad.
En ese estado de tremenda dificultad se refugia en un Jardín, y es cuando hace el famoso dua’, (y este es el asunto mas importante de toda esta historia) en el que dice: “¡Oh Allah!, ante Ti me quejo de la debilidad de mis fuerzas, de mis pocos recursos y de mi incapacidad ante los hombres. Tú eres el Señor de los oprimidos y Tú eres mi Señor. ¿A quién me vas a abandonar? ¿A un extraño que me rechaza o a un enemigo que tiene poder sobre mí por Tu Decreto? Si Tú no estás enojado conmigo, nada me importa. Sin embargo Tu protección es más fácil y preferible para mí. En la luz de Tu Faz que alumbra las tinieblas, busco refugio para que mi asunto en este mundo y en el próximo sean rectos”.
El Viaje Nocturno y la Ascensión a los Cielos es la respuesta a este dua’; un dua’ conocido como el dua’ de la debilidad, un dua’ con el que el Mensajero de Allah se entrega por completo a Allah, con el que pone todos sus asuntos en manos de Allah, y lo hace con una cortesía, un adab y un amor admirables.
Allah lo estaba poniendo a prueba con toda esta dificultad y el Mensajero responde de esta manera ante la dificultad y la respuesta es también admirable, un milagroso viaje, con el que tranquiliza el corazón de Su Profeta, con el que le reafirma su creencia, con el que confirma su anhelo y con el que eleva sus anhelos y expectativas para seguir con su misión de llamar a la gente a lo mejor de esta vida y de la próxima.
Esta es la sunnah de Allah en Su Creación, nos pone a prueba, nos hace vivir momentos de dificultad y dependiendo de nuestra respuesta y comportamiento en esos momentos, la respuesta es una u otra; y a Allah le pedimos que nos haga mantenernos pacientes y perseverantes en los momentos de dificultad, que nos de la capacidad de entregarnos con sinceridad a Él y por ello nos facilites nuestros asuntos en esta vida y en la próxima. Amin!