pruebas

La cortesía en la discusión

Musulmanes, os exhorto a que tengáis Taqwa de Allah, a que os aferréis a ella en todo momento y lugar y a que os esforcéis por no morir sin ser de los musulmanes: “¡Vosotros que creéis, temed a Allah como debe ser temido y no muráis sin estar sometidos!” (La Familia de ‘Imran, 102).

Siervos de Allah, ciertamente el ser humano tiene una naturaleza innata hacia la discusión, es discutidor por naturaleza, todo lo que le dicen o escucha tiene la tendencia a discutirlo, nunca queda complacido y siempre se cuestiona las cosas, y lo hace a pesar de recibir pruebas claras y evidentes de ello; esto lo confirma Allah cuando dice Allah en Su Libro: “Hemos explicado a lo largo de esta Recitación todo tipo de ejemplos para los hombres, sin embargo el hombre es lo más discutidor que existe”. 

En ocasiones esta discusión puede ser buena, puede tener consecuencias loables, como afirmar la creencia en el corazón, adquirir un conocimiento certero que no tenías, quedarte seguro y complacido con lo que escuchas o lo que te dicen. Este tipo de discusión, este tipo de debate, es correcto y beneficioso, ya que el resultado que se obtiene es loable y digno de alabanza.

Este tipo de comportamiento era común entre los Sahaba; lo hacían para obtener la esencia de los asuntos, lo hacían para afirmar y tranquilizar sus corazones, pero, y esto es lo que diferencia a los Sahaba de lo que ocurre hoy en día, en este mundo tan discutidor, es que lo hacían con una intención clara, no debatían por debatir, no discutían para tener la razón en los asuntos e imponer su opinión.

Este último tipo de discusión, este tipo de debate, es pernicioso, ya que, con él, lo único que se busca es imponer aquello en lo que tú crees, que los demás crean lo mismo que tú crees, y esto es algo detestable, ya que al hacerlo, al discutir por discutir, al caer en la discusión por la discusión, se está perdiendo el principio más básico del comportamiento, que es la misericordia. Hablas con alguien únicamente para hacerle creer lo que tú crees, sin estar dispuesto a escuchar lo que él tiene que decir. Tienes una idea y vas hasta el final con ella, sin querer escuchar otras opiniones, pensando que la otra persona está en el error; cuando puede no estarlo, pero tu falta de misericordia y tu falta de buena opinión te impiden escuchar lo que el otro tiene que decirte.

¿Cómo era el Mensajero de Allah con sus Sahaba? Allah responde a esta pregunta en Su Libro cuando dice: “Por una misericordia de Allah, fuiste suave con ellos; si hubieras sido áspero, de corazón duro, se habrían alejado de tu alrededor. Así pues, perdónalos, pide perdón por ellos y consúltales en las decisiones, y cuando  te hayas decidido, confíate a Allah. Es verdad que Allah ama a los que ponen su confianza en Él”. Era suave, tenía misericordia, tenía compasión hacia ellos; los escuchaba, escuchaba sus opiniones y les consultaba en sus decisiones. Así consiguió el Mensajero de Allah que tanta gente le siguiera y le apoyara.

¿Cómo eran los Sahaba entre ellos? Allah responde a esta pregunta en Su Libro cuando dice: “Muhámmad es el Mensajero de Allah, y los que están con él son duros con los incrédulos y compasivos entre ellos”. Compasión, misericordia, esto es lo que distinguía a los Sahaba, esto es lo que permitió que el Islam creciera a un ritmo tan irrefrenable. La misericordia que los Sahaba tenían entre ellos les daba un rango, una estación, una luz que quien la veía decía: “Esa luz quiero yo, eso es lo que yo quiero en mi vida”, y aceptaban entonces el Islam.

Y esta misericordia que distinguía a los Sahaba no significa dar siempre la razón, no significa no levantar la voz cuando hay que hacerlo, ni dejar de corregir cuando hay que corregir, ni dejar de hacer ver al otro cuándo está en un error; eso no es misericordia, eso es ocultar la verdad, y es bajeza y cobardía. Parte de la misericordia es también decir la verdad, ser firme cuando hay que serlo; pero lo que realmente diferencia al que obtiene el éxito del que no lo obtiene es hacerlo con adab, con comprensión, en el momento oportuno y con las palabras adecuadas; entonces eso llega al corazón y se obtiene el beneficio, pues se ha hecho con el principio más básico del comportamiento, que es la misericordia.

La misericordia y el adab abren las puertas y los corazones. La dureza y la grosería cierran las puertas y los corazones. Esto es básico comprenderlo; si lo aplicamos en nuestras vidas, en nuestras relaciones, nos estaremos pareciendo a la mejor de las comunidades que ha surgido para el bien de los hombres, la comunidad de los Sahaba, y entonces nuestra comunidad podrá crecer, podrá florecer y alcanzará todo aquello que deseé y todo aquello a lo que aspire.

Oh Allah, Tú que eres el más misericordioso de entre los misericordiosos, pon misericordia en nuestros corazones y en nuestras relaciones.

***********

Ciertamente hay una gran diferencia entre discutir y debatir con misericordia y con adab o hacerlo con dureza y con malas maneras; los resultados que se obtienen son totalmente distintos, hay un mundo entre lo que se obtiene si nos impregnamos de misericordia y lo que se obtiene si nos olvidamos de ella. Si solo queremos imponer nuestra opinión, no estaremos actuando con misericordia y estaremos alejando de nosotros a aquellos que queremos acercar; en cambio, si lo hacemos con misericordia, estaremos acercando a aquellos que están lejos de nosotros.

Otra de las cualidades de los Sahaba, que aplicaban a la hora de debatir algún asunto y de la cual no se alejaban en ningún momento, era la buena opinión, la buena opinión de Allah y la buena opinión de sus propios hermanos. Esta cualidad, unida a la misericordia, es fundamental en nuestros días. ¿Cómo puedes sentarte a hablar con una persona si no tienes buena opinión de ella? ¿Cómo quieres debatir sobre un asunto si en tu corazón no hay buena opinión hacia la otra parte? ¿Cómo puedes escuchar a alguien si no tienes buena opinión de él?

Si crees que esa persona quiere hacerte daño, que quiere algún tipo de mal para ti, que habla mal de ti, que tiene mala opinión de ti o de tus actos, por mucho que se debata, por mucho que se hable, por mucha misericordia que se tenga, no se podrá obtener nada, porque no habrá confianza y no permitirás que lo que te diga esa persona entre en tu corazón, ya que, de antemano, estará cerrado por tu mala opinión.

Tened temor de Allah, siervos Suyos; aferraos a la misericordia entre vosotros; tened misericordia con los que hay en la Tierra y los que están en los Cielos tendrán misericordia con vosotros. Misericordia y buena opinión, esta es la llave que abre los corazones de la gente, estas eran las cualidades del Mensajero de Allah, estas eran las cualidades de los Sahaba, esto es lo que nos permitirá parecernos a ellos; y en el momento en el que seamos capaces de impregnarnos de ello, entonces nada nos detendrá, entonces seremos un solo cuerpo, unido, fuerte, sin fisuras, en el que lucharemos unidos por los mismos objetivos. Y sin ninguna duda, Allah nos dará el éxito y nos permitirá alcanzar todo aquello que anhelamos.

Oh Allah, pon misericordia y buena opinión en nuestros corazones.

One Comment

Deja una respuesta

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies