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La Luz de Allah y la luz de Su Mensajero, saws

Dice Allah en Su Libro, en la Sura de La Luz: “Allah es la luz de los cielos y la tierra” (24, 35)

La Luz es uno de los noventa y nueve hermosos nombres de Allah. La luz es aquello por lo que las cosas se conocen. Las cosas pueden existir en la oscuridad, pero no pueden ser vistas sin luz. La luz puede ser física, como la luz del sol o de la luna, o imperceptible, como la luz del intelecto.

Esta última es la que ilumina las tinieblas de la ignorancia con la luz del conocimiento.

La oscuridad total es la inexistencia, por lo tanto la luz es la que saca a los seres creados de la inexistencia a la existencia. Este el acto creativo de Allah, crear, traer cosas a la existencia desde la oscuridad y este es uno de los significados de “Allah es la luz de los cielos y la tierra”.

El otro significado es que cada luz en el universo no es más que un reflejo de Su luz, un reflejo de Su misericordia, cada conocimiento un reflejo de Su conocimiento y así sucesivamente.

El Profeta Muhammad, saws, dijo: “Allah creó su creación en la oscuridad y luego los roció con Su luz. Aquellos a los que esta luz llegó se guiaron correctamente, mientras que aquellos a los que no llegó se extraviaron”. Y también dijo, según lo registrado por Muslim, “Allah, Exaltado Sea, escribió los destinos de la creación cincuenta mil años antes de que creara los Cielos y la tierra. Su trono estaba en el agua. Entre lo que escribió en el Recuerdo, que es la Madre del Libro, estaba: «Muhammad es el Sello de los Profetas».

La Madre del Libro es la fuente de todo conocimiento. Es el conocimiento esencial de Allah antes de crear la creación. Por eso se dice que fue escrito cincuenta mil años antes de la creación del cosmos, un número simbólico, ya que sin estrellas y planetas no puede haber días y años como los entendemos. Allah concibió Su creación en la oscuridad de la inexistencia, luego con la luz de Su acto creativo los trajo a la existencia.

Así se creó la Primera Luz, un ser que aparece sobre el oscuro fondo de la no existencia. Desde esta Primera luz toda la creación se despliega con todas sus variadas formas y significados hasta el fin de los tiempos.

Esta luz primordial es lo que se llama la Luz del Profeta, que las bendiciones y la paz de Allah sean sobre él, ya que él es el ser creado que recibió la mayor parte de ella.

Esta luz fue también el origen de las luces del resto de los Mensajeros, de los ángeles, y luego de todos los demás seres. El poder de esta luz hizo que la radiación del Profeta fuera tan poderosa, una vez que apareció en la tierra, que Allah lo llama en el Corán “una lámpara iluminadora”.

Y así es como Allah describe el sol y la luna en el Corán. Dice, subhanahu wa ta’ala: “¿Es que no veis cómo Allah creó siete cielos uno sobre otro y puso en ellos una luna a modo de luz y un sol a modo de lámpara” (71, 16).

Aquí Allah llama al sol lámpara, ya que su luz se genera por sí misma, pero llama a la luna luz, ya que no hace más que reflejar la luz del sol. Y esto es así porque la luz del sol extremadamente caliente, mientras que la luz de la luna es fría, no irradia ese calor.

Y por ello, cuando Allah describe al Mensajero Muhammad, salla allahu alaihi alaihi sallam, lo hace diciendo: “¡Oh Profeta! Es verdad que te hemos enviado como testigo, anunciador de buenas nuevas y advertidor. Y para llamar a Allah con Su permiso y como una lámpara luminosa” (33, 45).

¿Qué nos enseña esto? Que la luz del Profeta Muhammad, salla allahu alaihi wa sallam, es tan poderosa, brillante y radiante como la del sol, pero al mismo tiempo, es fresca y suave como la de la luna. Como dijo el poeta: “Nació la guía perfecta y todas las criaturas resplandecieron con su luz”.

Esta es la razón de que a algunos de los Compañeros del Profeta, saws, entendían que esta luz era aún más brillante que el sol y la luna, pues cuando caminaban con él se dieron cuenta de que no proyectaba sombra alguna sobre el suelo.

Los que lo vieron en la luna llena notaron que su rostro bendecido era más brillante que la luna, y uno de sus Compañeros, cuando se le pidió que lo describiera, dijo: “Hijo mío, si lo hubieras visto, habrías visto el sol brillar”.

Y es que antes de él, la gente se iluminaba cada uno con su lámpara, con su candil con su propia luz, y cuando llegó la rebosante y luminosa luz de Muhammad, saws, toda la humanidad se iluminó con esa luz. Es esa luz luminosa que se extendió por todo el mundo. La humanidad apagó sus lámparas y se dirigieron a la luz de Muhammad, estaban muertos y esa luz los iluminó. Una luz poderosa como la luz del sol y fresca y suave como la luz de la luna.

La luz del Profeta, saws, brilló en todos los niveles, llenó los mundos materiales, intermedios y espirituales, disipó la oscuridad de la ignorancia y la incredulidad, y esa luz, con el permiso de Allah, brillará hasta el final de los tiempos.

Te pedimos oh Allah que nos ilumines con tu Luz y con la luz de Tu Mensajero, que esa luz ilumine nuestros corazones y nuestro camino; y te pedimos, oh Allah, que por esa luz, nos permitas reunirnos con Muhammad, saws, en el lugar más elevado del Jardín. Amin

One Comment

  • Tarik

    5 octubre, 2020 at 14:29

    Mashallah, me ha encantado. Es asombroso que una recitación de hace más de 1400 años como es el coran, cite algo que se ha demostrado con la ciencia moderna y es el tema de que la luz de la luna es por el reflejo del sol.
    Me ha encantado, que la paz y las bendiciones de allah estén siempre con nuestro amado muhammad y que la luz que nos guía de allah nunca nos abandone. Amin

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