Son numerosas las ocasiones en las que escuchamos la palabra Fiqh: el Fiqh de la oración, el Fiqh del ayuno, el Fiqh de las transacciones comerciales, y un largo etcétera. Lo escuchamos mucho sí, ¿pero sabemos realmente lo que es? ¿Somos conscientes de la importancia que tiene en nuestro Din? ¿Le damos realmente el valor que tiene?
Vamos a ir por partes porque el tema lo merece; y vamos a seguir la forma tradicional de hacerlo, siendo lo primero analizar el término: La palabra Fiqh, lingüísticamente hablando, significa comprensión, conocimiento, entendimiento, profundización, y es un término que se emplea en todas las ramas del saber para designar su estudio meticuloso.
Dándole este significado, Allah usa esta aleya en diferentes aleyas del Corán, como por ejemplo cuando la gente de Shu’aib le dice: “¡Shu’aib! No entendemos mucho de lo que dices”.
Ahora bien, el uso corriente emplea el término Fiqh para designar casi exclusivamente a la jurisprudencia islámica: es la ciencia del derecho en un sentido muy amplio, tremendamente amplio de hecho.
Si queremos darle una definición más técnica o más precisa ─y es una de las definiciones clásicas de lo que es el Fiqh─ tal vez la más apropiada sea la siguiente: La ciencia que estudia las ramificaciones/sub-divisiones de los juicios/leyes de la Shari’at, sus pruebas detalladas y basándose en evidencias. Siendo estas evidencias principalmente el Corán y la Sunna.
¿Pero el Fiqh es únicamente saber si en la oración de dhuhur se recita en voz alta o en voz baja? Para mucha gente ignorante sí, el Fiqh es únicamente eso y estos son los que dicen: “Yo ya sé como hacer la oración, así que no tengo necesidad del Fiqh”. También tenemos otro tipo de gente que dice: “Si hago las cosas con buena intención y mi corazón está limpio, da igual cómo lo haga, no tengo por qué seguir nada establecido”.
Pero esto es un error tremendo ya que el Fiqh va mucho más allá, ya que debemos saber que todas nuestras acciones se dividen en dos categorías: por un lado ibadat, lo que salemos traducir como actos de adoración, que son aquellos aspectos que tienen que ver con tu relación con Allah; y por otro lado tenemos las mu’amalat, que son los actos en tu relación con el resto de las criaturas. Y el Fiqh entra en ambos ámbitos, tanto en las ‘ibatad como en las mu’amalat.
El Fiqh tiene respuestas a todas las situaciones por las que atravesamos en nuestra vida; es por ejemplo el caso de un hombre que se separa de su mujer y tienen hijos, todo el tema de la manutención, quién tiene la potestad, con quién se tienen que quedar, etc. Todo eso son temas que trata el Fiqh. Un hombre se divorcia de su mujer y en el periodo de iddah, el hombre fallece. ¿Tiene la mujer derecho a heredar? ¿Depende esto del tipo de divorcio que haya habido? Eso lo trata el Fiqh.
Por ejemplo, yo tengo constancia de que Fulano se va a ir de viaje a Turquía y va a traer alguna mercancía para vender aquí; yo le digo, ‘ah vale, pues ya que vas, toma este dinero y cómprame esto y lo otro’. Si durante el viaje pierde el dinero ¿quién lo tiene que reponer? ¿Hay diferencia sobre si ya ha comprado y tiene en sus manos la mercancía? ¿De quién es la responsabilidad si hay un defecto en la mercancía? Todo esto lo trata el Fiqh.
Le presto mi coche a Mengano y mientras lo usa se estropea. ¿De quién es la responsabilidad? ¿Quién debe hacerse cargo del arreglo? Esto lo trata el Fiqh.
Como estamos viendo, el Fiqh va mucho más allá de dictaminar cómo y qué se recita en la oración de dhuhur. De hecho, si cogemos un manual clásico de Fiqh, veremos que la parte dedicada a la ‘ibadat (los actos de adoración) es bastante menos extensa que la dedicada a los mua’malat. Y la gran pregunta entonces es: ¿Por qué es así?
Porque el Islam no es una religión únicamente sino que es una forma de vida, una forma de vida en sociedad. En la que todos, o casi todos, los parámetros están establecidos. Por ello dota a los musulmanes de todo lo que precisan para realizar en lo práctico tanto su Islam individual como el colectivo.
Para que esto sea posible, es necesario un marco legal, un corpus legal, una compilación de juicios legales (ahkam) que engloben todos los aspectos de la vida social y personal de la comunidad musulmana. Y esto, es ciertamente el Fiqh, a lo que como hemos dicho, también se le da el nombre de la jurisprudencia o el derecho islámico.
El Fiqh, por tanto, lo que pretende es dar respuesta a preguntas prácticas. Es el cómo del Islam. Y en este sentido lo abarca todo, desde las prácticas individuales (‘Ibadat), a las transacciones de todo tipo (Mu‘amalat), incluyendo las relaciones familiares, la economía, los contratos, el comercio y los negocios, la política y las relaciones internacionales, los procedimientos criminales y la administración de justicia, la guerra y la paz, etc.
Entonces ¿cómo debemos abordar el Fiqh? Mejor dicho, ¿cómo debemos comprender el Fiqh? Aquí está la clave de todo. ¿Es únicamente un marco legal? ¿Una serie de leyes y reglas establecidas? El que quiera puede comprenderlo así. Pero yo no lo veo así, para mí el Fiqh es justicia, es justicia y por encima de eso, es una protección, una protección para todos, pero sobretodo, es una protección del débil ante el fuerte. Es una protección llena de misericordia, ya que el que ha establecido este camino, el que ha dictaminado estas leyes, es el Misericordioso y el Compasivo.
Por consiguiente no olvidemos nunca el Fiqh, hagamos un esfuerzo por traspasar el entendimiento de que el Fiqh es únicamente cómo ayunar y cómo hacer la oración, y comprendamos la importancia que tiene, la protección que posee, la justicia en la que se cimienta y, sobre todo, la misericordia que impregna todos y cada uno de sus aspectos.
One Comment
CHARYF Karim
5 marzo, 2018 at 21:41Salam aleykom,je ne connaissais pas exactement le sens du mot fiqh.
JazakALLAH o l’kheir.