Musulmanes, os exhorto a que tengáis Taqwa de Allah, ya que la Taqwa de Allah es la vestimenta y el estandarte de los siervos justos de Allah, los triunfadores en esta vida y en la Próxima.
Ciertamente, Allah nos ha creado para que Lo adoremos y Le obedezcamos y ha hecho que nuestra vida cambie, que vivamos momentos de facilidad y momentos de dificultad, momentos de alegría y momentos de tristeza, momentos de relajación y momentos de prueba, y las pruebas son el secreto de todo. Por ello dice Allah: “Alif, Lam, Mim. ¿Es que cuentan los hombres con que se les va a dejar decir ‘creemos’ y no van a ser puestos a prueba? Es verdad que ya probamos a los que les precedieron, para que Allah sepa quiénes son los sinceros y quiénes son los falsos”.
El Imán, el Islam, nuestro Din, no son palabras que se pronuncian, no es algo que se queda únicamente en nuestra lengua sin traspasar la garganta; es una realidad que implica esfuerzo, constancia, paciencia, sacrificio y compromiso, y para comprobar si nuestra creencia, si nuestro Din, es puro y fuerte, Allah nos pone a prueba constantemente. El cómo salgamos de esas pruebas será lo que nos dará una posición elevada en la Próxima y será la prueba de la sinceridad de nuestro Imán.
Allah, que es Misericordioso con Sus criaturas, nos hace pasar por estas pruebas, pruebas como las que estamos viviendo en estos días, para mostrarnos cuál será nuestra posición en la Próxima Vida. Es como si nos dijera: “Observad cómo superáis las pruebas y así conoceréis vuestra estación en la Próxima Vida”. El camino del Imán, que tenemos el privilegio de recorrer, no es un camino cubierto de rosas, sino un camino de esfuerzo y compromiso, un camino que ya recorrieron los que nos precedieron, y entre ellos los hubo que salieron victoriosos y otros que fracasaron. Incluso los Profetas y Mensajeros tuvieron que transitar este duro camino y, de hecho, ellos son los que sufrieron las pruebas más duras. Ibrahim fue arrojado al fuego, Yusuf fue vendido por un puñado de monedas, Yunus fue arrojado al mar, Ayyub padeció terribles enfermedades y el Profeta Muhammad, s. a. w. s., sufrió lo indescriptible en este camino. Pero todo eso, todas esas pruebas que vivieron, solo hizo que el Imán de todos ellos se afianzara y que saborearan la dulzura que encierra.
El shaytán no encontró la forma de entrar en sus corazones. ¿Por qué? Porque ellos no desesperaron ni un momento de la misericordia de Allah y, a pesar de las dificultades, no perdieron ni un instante su enorme adab con Allah. Gracias a ese adab, no decían que Allah era el que les estaba afectando con Su mal, no achacaban a Allah la razón de su mal: “Y Ayyub cuando imploró a su Señor: ‘El mal me ha tocado, pero Tú eres el más Misericordioso de los misericordiosos”.Sayiduna Ayyub sabía que el mal, lo mismo que el bien, solo proceden de Allah; pero por adab y cortesía hacia Él, subhanahu wa ta’ala, no se quejaba en ningún momento a Su Señor. Y comprender esto es fundamental en estos tiempos de pruebas que estamos viviendo; por muy grande que sea tu dificultad, por muy dura que sea tu prueba, jamás pierdas el adab con Allah; no caigas en el enfado y la queja hacia Él, pues eso no aporta ningún tipo de bien.
Por muy duras que sean nuestras pruebas, por muchas dificultades en las que nos veamos inmersos, por mucho que dure el confinamiento y muy dura que se nos haga esta situación, debemos saber que esas pruebas nunca serán como las que sufrieron y padecieron los Profetas, esos hombres a los que Allah había elegido y escogido por encima del resto; y a pesar de ello, los puso a prueba. Así pues, no te entristezcas por lo que te ocurra, no desesperes por las pruebas que Allah te ponga, no caigas en la angustia y la desesperación; de hecho, alégrate por ello, pues has de saber que, como dijo el Mensajero de Allah, “cuando Allah ama a uno de sus siervos, lo pone a prueba”. En consecuencia, las pruebas son una muestra del amor de Allah, y cuanto más te ama, más a prueba te pone. Y nosotros le pedimos a Allah que nos lleve al Jardín en la compañía de los Anbiya y los Auliwa. ¿Y cómo podemos aspirar a ello sin pasar por las pruebas con las que Allah pone a prueba nuestro Imán, sin transitar por el camino por el que ellos transitaron?
No olvidemos en ningún momento que esta vida es una vida de prueba en la que se diferencian los sinceros de los mentirosos, los creyentes de los incrédulos. ¿Acaso queremos contarnos entre los incrédulos? ¿Acaso queremos pertenecer al grupo de los falsos, los que no son sinceros en su Imán, esos que cuando les llegan las pruebas se derrumban y caen en la desesperación y la falta de confianza? “Es verdad que ya probamos a los que les precedieron, para que Allah sepa (para que Allah os haga saber) quiénes son los sinceros y quiénes son los falsos”.
El Mensajero de Allah dijo: “Y has de saber que lo que no te ha ocurrido jamás podría haberte ocurrido, y lo que te ha ocurrido nunca habría podido dejar de ocurrirte”. El que sepa y crea en estas palabras del Mensajero de Allah, que son una manifestación clara de que lo que Allah ha escrito para ti es lo que te va a llegar, que las pruebas, si Allah las decreta, han de ocurrirte, que se mantenga paciente antes las pruebas para obtener el bien que hay en ellas, la misericordia, la sabiduría que hay en ellas, pues en toda prueba hay un bien, por muy oculto que nos lo pueda parecer; que no las padezca con llanto y desesperación, que se vuelva a Allah con sinceridad, que Le pida con humildad a Aquel que es capaz de oír a una hormiga negra que camina sobre una negra roca pulida en una noche oscura, que te cubra con Su manto de aceptación y complacencia y que te haga aceptar las pruebas con confianza y perseverancia. Oh Allah, te pedimos que nos hagas ser de esos.
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Dice Allah en Su Libro: “¿Acaso creen los que hacen el mal que podrán escapar de Nosotros? ¡Qué mal juzgan! Quien está a la espera del encuentro con Allah…, el plazo de Allah llegará y Él es Quien oye y Quien sabe. Y quien se esfuerce no luchará sino en favor de sí mismo; realmente Allah es Rico y no necesita de las criaturas. Y a los que crean y lleven a cabo las acciones de bien, les cubriremos sus malas acciones y los recompensaremos por lo mejor que hayan hecho”.
Estas aleyas de la Surat Al ‘Ankabut encierran la respuesta de lo que estamos hablando hoy. En ellas hay buenas noticias y advertencias. Advertencias para los falsos y mentirosos, buenas noticias para los sinceros y veraces, buenas noticias para los que se mantienen pacientes y perseverantes ante las pruebas y las dificultades, aquellos que reconocen el poder de Allah y se entregan a Él, aquellos que son sinceros en sus acciones, en sus palabras y en sus esfuerzos y confían en Su Señor, aquellos que saben que las pruebas son un examen para medir la sinceridad del Imán, aquellos que en los momentos de prueba, se mantienen perseverantes y a agradecidos a Su Señor.
Con estas aleyas ellas Allah advierte a los que son negligentes, a los que se entregan a sus apetitos y pasiones, a los que desobedecen y transgreden, a los que pierden la esperanza en Allah, a los que se quejan a Allah en sus momentos de prueba, olvidando todo el bien con el que Allah los ha cubierto; son una advertencia a los que piensan que pueden jugar con Allah y escapar de Él, a los que creen que no importa lo que hagan en esta vida.
Pero esta advertencia, que siempre debemos tener presente ante nosotros, no nos puede impedir ver las buenas noticias que hay tras ella, no nos puede impedir llenar nuestros corazones de alegría y de regocijo cuando superamos las pruebas, no nos puede impedir ver la promesa de Allah a los que se mantienen pacientes y perseverantes en la adversidad, a los que superan las pruebas con aceptación y confianza. Son una promesa, una recompensa por nuestro esfuerzo, por nuestro compromiso, y esa buena noticia, esa recompensa, no es otra que el Jardín: “Su recompensa por haber tenido paciencia es un jardín y seda. En él estarán recostados sobre lechos y no verán solana ni helada. La sombras estarán sobre ellos, cercanas, y sus frutos bajarán sumisamente. Se circulará en torno a ellos con vasijas de plata y copas que serán de cristal, cristal de plata, cuyas proporciones habrán medido con exactitud. En él se les dará de beber un vino cuya substancia será jengibre. Y habrá una fuente llamada Salsabil… …Esto es una recompensa que os corresponde, vuestro esfuerzo ha sido agradecido”.
Te pedimos oh Allah que nos hagas ser de aquellos que superan los momentos de prueba con confianza, paciencia y aceptación, y que por ello nos permitas disfrutar de los deleites del Jardín. Amin