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Dua’: El arma del creyente

Son numerosas las ocasiones en las que el ser humano olvida. De hecho, la palabra árabe para designar al ser humano es “Insan” que posee la misma raíz que “yansa” que significa olvidar. Partimos entonces de la base de que somos olvidadizos, de que olvidamos, y es por eso que es necesario recordar y la razón de que Allah diga en Su Libro: Y hazles recordar, porque llamar al recuerdo beneficia a los creyentes”.

Lo que hoy me gustaría recordaros es un arma que poseemos los creyentes, un arma más poderosa que cualquier otra que la ciencia o la tecnología puedan crear, un arma certera y lista para ser usada, un arma tremendamente fuerte y efectiva. Esta arma del creyente es el dua’, es la súplica, es pedir con sinceridad a Aquel que realmente tiene el poder y la fuerza para cambiar las cosas.

El dua’ es el arma del creyente para todo momento y situación, para sí mismo y para sus hermanos. Es su arma para salir de los momentos de dificultad, para salir de los momentos de prueba, para salir de las desgracias y la estrechez. Es su arma con la que combatir la injusticia, con la que establecer la armonía. Es su arma con la que llenarse de paciencia. Y es, además, el arma con la que pedir a Allah que cambie la situación en la que se encuentra, en la que te encuentras tú y en la que se encuentran tus hermanos, pues un dua’ por un hermano que está en un momento de dificultad, le llega y es un alivio para él. Por eso, en los momentos que estamos viviendo, en los que nuestros hermanos sufren en el oriente y en el occidente de la tierra, debemos recordar que no poseemos un arma más poderosa y efectiva que el dua’.

El dua’ es suplicar, es elevar tu asunto a Allah, en poner tus asuntos y los de tus hermanos en Sus manos, es reconocer el poder de Allah sobre nosotros, es una conversación íntima del creyente con Su Señor, el Poderoso sobre todas las cosas, el que si quiere que algo ocurra dice: “Kun, fayakun”.

El dua’ es uno de los actos de adoración más importantes de nuestro Din, ya que al hacerlo estás realizando varias cosas: estás reconociendo el poder de Allah sobre ti y sobre todas las cosas, estás reconociendo tu necesidad de Él, estás reconociendo tu incapacidad para hacer que las cosas ocurran, estás elevando y poniendo tus asuntos en Sus manos, estás aceptando y reconociendo tu sumisión a Allah, y estás reconociendo Su Unidad, su Tawhid.

Por eso el Mensajero Muhammad, sallallahu alaihi wa sallam, dijo: “El dua’ es  ‘ibadah” (La súplica es adoración), y luego recitó la aleya en la que Allah dice: “Y vuestro Señor ha dicho: ‘Pedidme y os responderé. Es cierto que aquellos cuya soberbia les impida adorarme entrarán en Ŷahannam humillados’”.  Observad esta aleya, porque es realmente maravillosa y nos aclara el valor y el significado del dua’. Allah dice: “Pedidme, suplicadme, haced dua’, que Yo os responderé. Pero aquellos cuya soberbia, cuyo orgullo, cuya incapacidad de reconocer Mi poder y Mi fuerza, cuya incapacidad de reconocer que Yo soy el que gobierna el universo y hace en él lo que quiere, les impida adorarme –y aquí adorarme tiene el significado de pedirme-, entrarán en el Fuego humillados”. Y le pedimos a Allah que nos libre de ello. Amin

Otro aspecto maravilloso del dua’, es que es parte de lo que nos mantiene conectados con Allah en cualquier momento y lugar. No hay restricción para el dua’, no se hace sólo en momentos determinados, ─aunque en algunos momentos y situaciones tiene más posibilidades de ser respondido─, en todo momento, en todo lugar, en toda situación, le pides a Allah y eso te hace estar estrechamente conectado y vinculado con Él. Y esto es algo realmente maravilloso.

Dua’ es poner a Allah por encima de las criaturas, es buscar Su ayuda por encima de la ayuda de las criaturas, es reconocer Su poder por encima del poder de las criaturas; y qué bonitos son los versos en lengua árabe que describen esta realidad y cuya traducción es: “No pidas al hijo de Adam ninguna necesidad, sino más bien pídele a Aquel cuyas puertas no se cierran. Ya que Allah se enfada si dejas de pedirle, y el hijo de Adam, cuando le pides se enfada”.

Si leemos el Corán y reflexionamos sobre él, vemos que está totalmente impregnado de dua’ y vemos cómo en él, Allah nos anima y nos llama constantemente a pedirle y a suplicarle. Él nos llama a que pongamos nuestros asuntos en Él, a que elevemos a Él nuestros sueños, nuestros anhelos, nuestras esperanzas y objetivos, y a que en todo momento estemos seguros de que Él nos escucha y responde a nuestros du’as: “Y cuando Mis siervos te pregunten sobre Mí… Yo estoy cerca y respondo al ruego del que pide, cuando Me pide”.

El dua’ es una herramienta que Allah pone a nuestra disposición para salir de momentos de prueba y de dificultad, para alcanzar nuestros sueños y objetivos, para que nos conceda lo que deseamos e imploramos; no debemos pues restringir ni olvidar este enorme y maravilloso regalo con el que Allah nos ha favorecido, pues si lo hacemos, estaremos siendo injustos con nosotros mismos y estaremos negándonos una bendición que Allah nos ha prometido.

Aumentad vuestros dua’, sed constantes en ellos, nunca perdáis la esperanza en la respuesta porque, aunque veáis que Allah no os da aquello que estáis pidiendo, si sois sinceros al hacerlo, tened por seguro que esas peticiones no caerán en el olvido y que, más tarde o más temprano, de una manera u otra, Allah os lo concederá; tal vez cuando menos lo esperéis, tal vez cuando más lo necesitéis, Allah responderá a vuestros dua’ y os dará alivio y facilidad, sosiego y tranquilidad y aquello que anhelan vuestros corazones. Oh Allah te pedimos que así sea. Amin.

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