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Lecciones del día de Badr

Musulmanes, os exhorto a que tengáis Taqwa de Allah: “¡Vosotros que creéis! Temed a Allah como debe ser temido y no muráis sin estar sometidos”.

Siervos de Allah, ciertamente el mes de Ramadán es el mes del esfuerzo y de la acción; no es el mes de la holgazanería y la derrota, es el mes de las victorias y la fuerza, el mes del Qiyam al Lail y del i’tikaf, el mes del gasto y de la paciencia, el mes de vencer al nafs, a los apetitos y al Shaytán, el mes de la misericordia, el perdón y la liberación del Fuego. En el mes de Ramadán tuvo lugar la batalla de Badr, una batalla con la que Allah separó la verdad de la falsedad, el Iman del shirk, una ‘aqidah sana de la adoración de ídolos, la batalla con la que Allah separó el Islam del Kufr.

Con la batalla de Badr Allah estableció las bases de este Din, con ella separó lo bueno de lo malo, y con ella certificó el Iman y su hermana sincera: la obediencia a Allah y a Su Mensajero; fue una batalla en la que los musulmanes, a pesar de la escasez de medios y preparación, vencieron a sus enemigos. La batalla de Badr unió los corazones y las filas de los musulmanes, del mismo modo que les dio la victoria e hizo que pasaran de la debilidad y el ser perseguidos a la fuerza y el poder, del miedo a la seguridad, de la ignorancia al conocimiento; dice Allah: “Es cierto que Allah os ayudó en Badr, aunque estabais en inferioridad de condiciones. Así pues, temed a Allah y podréis ser agradecidos”.

Pero antes de que los musulmanes vencieran a sus enemigos en la batalla de Badr, un enemigo más numeroso y mejor preparado y pertrechado, habían vencido a sus propios nufus, habían vencido a sus pasiones y a sus apetitos; dejaron tras de si el amor por este mundo, y anhelaron y ambicionaron lo que Allah tenía reservado para ellos en la morada eterna del Jardín, en la que hay disfrutes y deleites infinitos: Lo que vosotros tenéis se acaba, pero lo que Allah tiene es permanente”. Esta fue una de las razones de que Allah les diera la victoria, ya que quien no es capaz de vencer a sus apetitos y a su nafs, a su enemigo interno, nunca será capaz de vencer al enemigo externo, aunque esté mejor preparado; y esta es la sunna de Allah en Su creación.

Ciertamente para obtener la victoria, deben haberse cumplido previamente ciertas condiciones, unas condiciones que cumplieron con creces los Sahaba que acompañaron al Mensajero de Allah en la batalla de Badr: La primera de ellos es la sinceridad, el deseo de difundir la palabra de Allah y hacer vencer al Din de Allah. El objetivo de esa batalla no fueron las riquezas ni el botín, como dicen hoy en día los enemigos del Din; y la mujer prueba de ello es que los prisioneros que se capturaron en esa batalla pudieron comprar su libertad enseñando a 10 niños musulmanes a leer y escribir; el que lo hiciera quedaba en libertad, y eso a pesar de la necesidad que tenían los musulmanes de riquezas puesto que muchos de ellos, al emigrar de Meca a Medina, habían dejado atrás sus pertenencias y sus bienes.

La segunda condición es la confianza en Allah, una confianza total y absoluta: “Si Allah os ayuda… no habrá quien pueda con vosotros, pero si os abandona… ¿Quién sino Él os ayudará? En Allah se confían los creyentes”. La tercera condición es la obediencia al Emir, la obediencia a la autoridad; este es uno de los grandes secretos para obtener la victoria y el triunfo. Y ciertamente el estado de debilidad de los musulmanes hoy en día, el derramar la sangre de nuestros propios hermanos, se debe a la desobediencia y la falta de adhesión a la autoridad; y esto nos lo aclara el Mensajero de Allah cuando dijo: “Escuchad y obedeced, aunque os gobierne un esclavo negro de Abisinia”. Y un Emir déspota, es mejor que la fitna, y la fitna es mas dura que la guerra. Y ciertamente la discusión y el ir en contra de la autoridad conlleva a la cobardía y la derrota. Dice Allah: “no disputéis, porque de hacerlo os acobardaríais y perderíais vuestro ímpetu. Y tened paciencia (y constancia), pues ciertamente Allah está con los pacientes (constantes)”.

Otra de las condiciones para la victoria es el dua’, siempre que se cumplan las condiciones de alimentarse de lo halal y de la sinceridad en la intención. La batalla de Badr tuvo lugar en el mes de Ramadán, el mes en el que los dua’s son respondidos, el día del Yumuah, el día en el que los duas son respondidos, del día 17 de este mes; y por eso el que cumple con todas estas condiciones, y es sincero en su intención Allah le da la victoria sobre sus enemigos, como se la dio a Su Mensajero de Allah y sus Sahabas en la batalla de Badr.

Oh Allah te pedimos que nos hagas ser de aquellos que escuchan la palabra y siguen lo mejor de ella.

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Siervos de Allah, ciertamente las lecciones que podemos obtener de la batalla de Badr son incontables; una de ellas, que es muy importante para nosotros hoy en día, es que Allah hace vencer al oprimido sobre el opresor; hace que venza el oprimido aunque sea débil y hace que perezca el opresor aunque sea fuerte. Los que estuvieron presentes en Badr de los musulmanes habían sido oprimidos, los opresores los expulsaron injustamente de sus hogares, y el único pecado que habían cometido había sido decir: La ilaha illah Allah. Dejaron sus hogares, sus bienes y en muchos casos sus familias, únicamente por Allah; y por eso Allah les dio la victoria, ya que dice Allah en Su Libro: “Y no contéis con que Allah está descuidado de lo que hacen los injustos”.

Esta es una de las grandes lecciones que obtenemos del día y de la batalla de Badr, todo aquel que esté siendo oprimido y tratado injustamente, en el oriente o en el occidente de la tierra, como está ocurriendo hoy en día con muchos de nuestros hermanos, debe permanecer paciente pues Allah le dará la victoria mas tarde o mas temprano; y por eso debes temer el dua’ del oprimido, pues como dijo el Mensajero de Allah, entre el oprimido y Allah no hay ningún velo, y según una transmisión se añade: Aunque sea un kafir.

Ciertamente nosotros no estuvimos presentes en la batalla de Badr, no lo vivimos, pero debemos saber que hoy y en todos los días de nuestra vida estamos en Badr, luchando contra nuestro nafs y contra nuestros apetitos y pasiones; estamos en una lucha sin pausa contra los Shayatin de los genios y los hombres, la batalla contra nuestro nafs no tiene final, mientras que la batalla de Badr si tuvo un final. El nafs es nuestro enemigo más grande, no le vemos, no podemos enfrentarnos cara a cara con él, pero no se separa un momento de nosotros, cuando dormimos está con nosotros, cuando nos levantamos está con nosotros, vayamos a donde vaya está con nosotros, esta es nuestra guerra, este es nuestro Badr que ganaremos si cumplimos con lo que Allah y Su Mensajero nos han enseñado, esta es nuestra batalla, este es nuestro Yihad, y ciertamente este es el Yihad al Akbar.

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