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“De Allah somos y a Él hemos de volver”

Hace unas horas he recibido una noticia que, aunque esperada por un lado, no deja por ello de ser menos dura. Y es que ha dejado este mundo una persona muy querida para mí, y estoy seguro que para muchísima gente también, pues su corazón rebosaba amor y luz en todos los sentidos y todo el que ha tenido relación con ella seguro que guarda un muy grato recuerdo.

Era una persona tremendamente dulce, generosa y bondadosa, a la que siempre recuerdo con una sonrisa en su rostro, con gran energía y confianza, con un admirable espíritu de superación y de ir hacia delante, una persona que se esforzaba en resolver los problemas de los demás, que se preocupaba de que la gente a su alrededor estuviera bien, una persona con una gran fuerza y optimismo, una persona que era como una hermana para mi madre, que era casi como una segunda madre para mi.

Era una mujer a la que ahora mismo, mientras escribo estas palabras, sigo recordando  nuestra última conversación hace unas semanas, cuando aquejada del dolor de la enfermedad que la ha hecho abandonar este mundo, pero con su radiante sonrisa, me hablaba de tener altos anhelos, de luchar por mis sueños, de tener plena y absoluta confianza y esperanza en Allah, de esperar siempre lo mejor de Él.

Esta mujer inspiradora ya no está entre nosotros, pero estoy seguro de que ahora mismo, una vez que el ruh ha abandonado su cuerpo, estará percibiendo ya el aroma del lugar que no dudo Allah le tiene reservado en el Jardín.

Pues Alia era una mujer que decía mi Señor es Allah y actuaba rectamente; y sobre los que hacen esto Allah dice: Realmente los que hayan dicho: Mi Señor es Allah; y hayan sido rectos, los ángeles descenderán a ellos: No temáis ni os entristezcáis y alegraos con la buena nueva del Jardín que se os había prometido. Somos vuestros protectores en esta vida y en la Última, allí tendréis lo que deseen vuestras almas y todo cuanto pidáis. Hospedaje de un Perdonador, Compasivo”.

No me queda más que pedir a Allah que tenga misericordia de ella, que le haga fácil su tránsito, que multiplique sus buenas acciones y elimine las malas que hubiera cometido. Así como pedirle que ponga misericordia y sakina en los corazones de aquellos que la amaban, que les de paciencia y calma y que les haga recordar que de Él somos y a Él hemos de volver.

Y a ellos solo puedo decirles, como me digo a mi mismo, que Allah es el más Sabio de entre los sabios y al mismo tiempo es el más Generoso de entre los generosos, y sabe que, perder a un ser querido y amado es una de las desgracias mas grandes que puede asolar al ser humano, y por ello nos dice que, si cuando nos acontece esta desgracia nos volvemos a Él, y reconocemos que de Él somos y a Él hemos de volver, entonces Su Bendición y Misericordia se derramarán sobre nosotros.

Y tal vez esto sea solo un pequeño bálsamo para esos corazones, pero lo cierto es que la bendición de Allah es perdón, es sosiego, es calma, es tranquilidad y Su misericordia es lo más elevado a lo que puede aspirar el ser humano, pues conduce al amor y la complacencia, y conduce a la “amistad” de Allah y cuando el siervo recibe eso, está recibiendo lo más elevado, ya que dice Allah: “¿No es cierto que los amigos de Allah no tendrán que temer ni se entristecerán? Ésos que creyeron y tuvieron temor de Él. Para ellos hay buenas noticias en esta vida y en la Última. No hay nada que cambie las palabras de Allah. Ése es el gran triunfo”

En estos momentos difíciles me recuerdo a mí mismo que esta vida es pasajera y que a todos nos llegará el momento de abandonarla, de dejar este mundo, y no podemos adelantar ni atrasar ese momento un solo instante, pues Allah lo ha establecido y decretado.

Lo único que podemos hacer es estar preparados para cuando llegue ese momento, y la mejor forma que se me ocurre para hacerlo es hacer el bien como lo hacía Alia, ser generosos como lo era ella, ser bondadosos como lo era ella, y por encima de todo, llenar nuestros corazones de amor a Allah y a Su Mensajero, ya que ese amor, con el permiso de Allah, nos llevará a encontrarnos con nuestro amado Mensajero en el lugar más elevado del Jardín.

Oh Allah tu que eres el Misericordioso, te pido que tengas misericordia de Alia. Oh Allah tu que eres el Perdonador, te pido que perdones a Alia. Oh Allah tu que eres el Compasivo, ten compasión con ella. Oh Allah tu que eres el Indulgente, te pido que tengas indulgencia con ella. Oh Allah tu que eres el Benevolente, te pido que tengas benevolencia con ella. Oh Allah tu que eres el Generoso, te pido que seas generoso con Alia, con su familia, con todos nosotros, y que nos hagas encontrarnos con ella en el Jardín. Amin

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