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Jutba del ‘Id al Adha Al Mubarak

Alabanzas a Allah que nos ha reunido en este lugar bendecido y en esta hora bendecida. Alabanzas a Allah que ha hecho que hoy sea un día de alegría y regocijo. Alabanzas a Allah que nos ha permitido un año más elevar nuestras voces hacia Él y alabarlo y engrandecerlo. ¡Oh Allah, si no fuera por Tu favor, no estaríamos hoy aquí! ¡Oh Allah, si no fuera por Tu generosidad y misericordia, no seríamos musulmanes! ¡Oh Allah, si no fuera por Tu bondad, nunca habríamos llegado a este mundo! ¡Alhamdulillah wa shukrulillah!

Hoy es un día de alegría y celebración, un día en el que proclamamos la grandeza de Allah, en el que reconocemos el poder de Allah, en el que reconocemos que hay un sólo Creador y un sólo Actor, un día en el que conmemoramos un acto de total entrega y obediencia a Allah: hoy conmemoramos la entrega y aceptación del decreto de nuestro padre Ibrahim, que estuvo dispuesto a sacrificar a su bien mas preciado, ese gran tesoro que tenía que era su noble y amado hijo, Isma’il.

Observad y reflexionad, hombre y mujeres, sobre esto que es uno de los actos de sometimiento a Allah más increíbles en la historia de la humanidad. Allah le estaba pidiendo su bien más preciado, aquello que más quería, el que era sangre de su sangre; e Ibrahim lo aceptó sin ningún tipo de duda; luego se lo comunicó a su querido hijo, y éste, un chiquillo apenas llegando a ser joven, ¿qué fue lo que respondió? ¿tuvo algún tipo de dudas?, no, nada de eso. Dijo: “¡Padre! Haz lo que se te ordena, y si Allah quiere, encontrarás en mí a uno de los pacientes”.

Bienaventurado el padre, bienaventurado el hijo, bienaventurada la madre también, porque todos aceptaron la orden de Allah. Sabían que tanto el bien como el mal vienen de Allah. Sabían que ellos no eran más que siervos de Allah. Reconocieron su servidumbre a Allah y, cuando lo hicieron, cuando lo habían aceptado con total sumisión y sinceridad, justo en ese momento, dijo Allah: “Le gritamos: ¡Ibrahim! Ya has confirmado la visión que tuviste. Realmente así es como recompensamos a los que hacen el bien. Esta es, de verdad, la prueba evidente. Y lo rescatamos poniendo en su lugar una magnífica ofrenda. Y dejamos su memoria para la posteridad. Paz para Ibrahim. Así es como recompensamos a los que hacen el bien. Él fue uno de Nuestros siervos creyentes”. Esto es lo que hoy celebramos. Esto es lo que hoy conmemoramos: la sumisión a Allah, reconocer que somos siervos de Allah y que no hay fuerza ni poder que no vengan de Allah.

Siervos de Allah, cuán necesitados estamos hoy en día de reflexionar sobre este suceso que hoy celebramos, un suceso del que se pueden obtener numerosas lecciones y en el que lo realmente importante no es el hecho de sacrificar en sí. No, lo importante, lo que de verdad es importante para nosotros hoy en día, es que reflexionemos sobre la misericordia de Allah.

Y es así porque este suceso es una muestra de la inmensa misericordia de Allah, es una muestra de cómo cuando el siervo cumple con lo que Allah le ordena y lo hace con sinceridad, Allah le abre todas las puertas de Su Misericordia y le entrega Su recompensa y favor. Esta es la sunna de Allah en Su creación, esta es la ley que Él ha establecido; y lo que debemos hacer si en alguna ocasión no lo vemos, no percibimos la misericordia de Allah, si en alguna ocasión sentimos que no está presente la misericordia de Allah, lo que debemos hacer es preguntarnos: ¿qué estamos haciendo para impedir que nos llegue la misericordia de Allah?

Si la misericordia de Allah es más grande que Su ira, Su perdón es más grande que Su castigo, Su Generosidad es más grande que Su restricción, Su mandato es más benevolente que Su prohibición, ¿por qué entonces nos ponemos nosotros mismos obstáculos que nos impiden recibir la Misericordia, el Perdón, la Generosidad de Allah?

Obedecer a Allah es uno de los caminos para obtener Su Misericordia, entregarte a Él es una fuente de Su Misericordia hacia ti, ser misericordiosos con los demás, con la gente, independientemente de su religión o su creencia, es uno de los caminos para obtener la Misericordia de Allah, perdonar a los demás es uno de los caminos para obtener Su Perdón; y hoy, en este día bendecido y en este lugar bendecido, a lo que yo os llamo, hombres y mujeres, es a que os hagáis merecedores de la misericordia, del perdón, de la generosidad de Allah. Y la forma de hacerlo, el camino para conseguirlo es ser misericordiosos, generosos y perdonaros entre vosotros.

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Musulmanes, hombres y mujeres, padres y madres, hijos e hijas, ¿qué es lo queremos en nuestras vidas? ¿Cuáles son nuestras metas, cuáles son nuestros objetivos? ¿En qué nivel, a qué altura, ponemos nuestra ambición y nuestro anhelo? ¿Queremos lo más elevado para nosotros, para nuestras mujeres, nuestros hijos y nuestras familias? ¿O nos conformamos con una aspiración pequeña de lo justo y lo mínimo? Recordad las palabras de Sayiduna ‘Umar que tantas veces hemos repetido: “No hagáis pequeñas vuestras aspiraciones, pues no he visto nada que rebaje tanto al hombre como la caída de su aspiración”.

En estos días convulsos que estamos viviendo es muy importante recordarnos estas palabras, es muy importante que reforcemos nuestra identidad, nuestra personalidad, nuestro sentimiento de fuerza. Y uno de los caminos para hacerlo es teniendo una aspiración elevada, saliendo de la mediocridad, aspirando a lo mas alto y elevado. También se refuerza nuestra identidad no permitiendo que nos afecte lo que se dice acerca de nosotros, no permitiendo que guíen nuestros pasos los demás, no cayendo en hacer cosas para complacer a la gente y que así estén complacidos con nosotros y nos miren con buenos ojos, sobretodo si al hacerlo nos olvidamos de lo que mas importante que es complacer a Allah.

El suceso que hoy conmemoramos, la historia de Sayiduna Ibrahim es esto de lo que estamos hablando: es una sólida identidad que le permite luchar contra las habladurías de la gente, estuvo dispuesto a sacrificar a su propio hijo, a pesar de lo que se dijera de él; es un muestra de una aspiración elevada que le permite aspirar a lo más alto y no conformarse con la mediocridad, y es la búsqueda de complacer única y exclusivamente a Allah, lo que le lleva a aceptar Su voluntad de sacrificar a su hijo; estos tres puntos son lo que precisamos hoy en día, esta es la carencia de los musulmanes de hoy en día: un sólida identidad, una aspiración elevada y la firme voluntad de complacer sólo a Allah. Allahu Akbar.

Hombres y mujeres, padres y madres: sobre vuestros hombros recae la responsabilidad de transmitir todo esto a vuestros hijos. Y no es algo que se transmite con palabras, mucho menos se transmite forzando y castigando, es algo que se transmite interiorizándolo, empapándote de ello y llevándolo a la práctica, con misericordia, con perdón, con indulgencia, con el mejor ejemplo, con el comportamiento más elevado, ya que si tu no te empapas de ello, si tu no lo has adoptado, ¿cómo puedes pretender que lo hagan tus hijos?

Hombres y mujeres, padres y madres, hijos e hijas, si queremos el triunfo, si queremos lo mejor, si queremos lo más elevado, sólo podremos conseguirlo unidos, sólo podremos conseguirlo si somos como eran los Sahaba: un solo cuerpo. Sólo podremos conseguirlo si permanecemos unidos, aferrados a la cuerda de Allah en torno a la Sunna del Mensajero Muhammad. Y sólo podremos lograrlo si somos sinceros haciéndolo únicamente por Allah y por Su Mensajero.

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